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Opera (e)Studio: Una satisfactoria producción de Il matrimonio segreto con jóvenes cantantes

Opera (e)Studio es un proyecto dirigido por Giulio Zappa que pertenece a Ópera de Tenerife y que se encuentra ya en su octava edición. Cada año se selecciona a un número de jóvenes cantantes de todo el mundo, que residen durante un tiempo en Tenerife y preparan la ópera escogida para esa temporada bajo la tutela de diversos profesores. Estos jóvenes, pero experimentados cantantes, son presentados en producciones profesionales y de calidad, que en la mayoría de los casos no tienen demasiado que envidiar a las de los teatros más famosos. Este año la obra elegida ha sido Il matrimonio segreto de Domenico Cimarosa, con libreto de Giovanni Bertati. Estrenada en Viena en 1792 con inmenso éxito, es considerada por muchos como una de las óperas más importantes de la historia. La escritura es deliciosa y en los pequeños detalles yace parte de la complejidad de su interpretación. La obra requiere que director musical y cantantes estén muy atentos a matices y expresiones, y apoyen especialmente los aspectos humorísticos: y es que es una ópera con la que se puede disfrutar mucho.

En esta ocasión, la acción, inicialmente concebida en la Bolonia del siglo XVIII, se traslada a Broadway, en el Nueva York de los años cincuenta, y más específicamente a la pastelería Geronimo & Co. La idea ha sido bien realizada por el director de escena Roberto Catalano, que ha conseguido que el espectáculo sea creíble y ameno, reflejando a la perfección esta época de la historia estadounidense. Contó, además, con el apoyo eficaz de los colaboradores en la iluminación, escenografía y vestuario. Ballets de Tenerife tuvo también una actuación destacada durante toda la obra, con sus intervenciones y coreografías resaltó muchos aspectos de la trama y destacó de forma especial ciertos momentos cómicos que no siempre estuvieron presentes en la interpretación musical.

La dirección musical corrió a cargo del joven maestro italiano Davide Levi, que demostró tener un alto nivel profesional y mantuvo el control de la orquesta durante toda la representación, mostrando además un sólido conocimiento de la obra. Estuvo especialmente bien en los finales de los dos actos, donde consiguió exponer los diferentes aspectos expresivos de manera muy satisfactoria. En algunos momentos se le podría pedir algo más de riesgo interpretativo, ya que varios de los números de la ópera sonaron faltos de chispa, aunque sin llegar a decaer completamente. A veces prefirió la seguridad, en una apuesta que funcionó parcialmente. Daba la impresión de que Levi se reservaba para los momentos claves, los clímax, pero pudo haber arriesgado algo más durante varios momentos de la obra en aspectos como la dinámica, la atmósfera y la articulación. En todo caso, bajo su batuta, la Orquesta Sinfónica de Tenerife sonó bien trabajada, con claridad de líneas, buenos balances y momentos espléndidos. También fue muy satisfactorio el trabajo del maestro con los cantantes.

The young Italian Maestro Davide Levi was in charge of the musical direction, who showed a high professional level and kept control over the orchestra throughout the performance, demonstrating a thorough knowledge of the opera. He did particularly well in the finales of the two acts, where he managed to show the different expressive aspects in a very satisfying way. […] under his baton, the Orquesta Sinfonica de Tenerife appeared well rehearsed, with clear lines, good balance and splendid moments. His work with the singers was also very satisfying.

Los jóvenes cantantes seleccionados para la representación mostraron calidad y un gran potencial de cara al futuro, funcionando estupendamente, tanto en las arias como en los conjuntos. La soprano Veronika Seghers y el tenor Antonio Mandrillo estuvieron muy bien en sus papeles de Carolina y Paolino. Seghers planteó una visión cándida del personaje. Tiene una voz ligera y delgada a la que se le podría haber pedido algo más de variedad. Estuvo excelente en el aria «Perdonate, signor mio», sobre todo en la humorística parte central. Mandrillo mostró una voz potente, algo descontrolada en algunos momentos. Resolvió satisfactoriamente un buen porcentaje de su actuación, yendo de menos a más, y destacó en la bellísima aria «Pria che spunti in ciel l’aurora».

Dos voces que destacaron especialmente fueron la mezzosoprano Mara Gaudenzi en el papel de Fidalma y la soprano Marinela Ruta, en el papel de Elisetta. Gaudenzi mostró una voz gruesa y muy atractiva, además de innegables dotes dramáticas. Excelente en «È vero che in casa io son la padrona». Ruta mostró también dotes dramáticas y vocales, con destacados momentos de humor. Tuvo una actuación sobresaliente en la difícil aria «Se son vendicata», magníficamente resuelta.

El bajo lituano Ignas Melkinas como Geronimo y el barítono español Jan Atem como el conde Robinson mostraron también cualidades importantes, aunque a ambos se les podría pedir destacar más los aspectos humorísticos de sus personajes. Melkinas tiene una voz de cierta potencia y ofreció una actuación creíble, mostrando los diversos aspectos de Geronimo. En todo caso, Melkinas hizo una muy lograda «Udite, tutti udite». Atem fue muy detallista y expresivo. Tuvo un nivel muy notable durante toda la función. Su voz no es muy potente y necesitaría proyectarla todavía más.

En definitiva, fue una muy buena representación, profesional y de calidad, en la que se echó de menos algo más de chispa musical en ciertos momentos.

Bachtrack: Francisco Martínez Ramos

March 22, 2021